Bruxismo

El bruxismo es una actividad parafuncional (acción involuntaria, que no tiene ninguna función útil) que consiste en el apriete y rechinamiento dentario.  Si tienes bruxismo, es posible que, de manera inconsciente, aprietes los dientes durante el día, bruxismo diurno, o que por el contrario lo hagas mientras duermes, bruxismo nocturno.

Es de origen multifactorial y está asociado principalmente a estrés y a alteraciones del sueño. De acuerdo con las características clínicas particulares, se presentan diferentes tipos de bruxismo, asociándose principalmente con adultos y aunque se presenta escasamente en niños, se debe diferenciar del desgaste fisiológico en dicha población.

La sintomatología que presenta el bruxismo es variada, y engloba los siguientes síntomas: Dolor o inflamación de la mandíbula. Cefalea localizada en la zona temporal. Dolor de oído, en parte porque las estructuras de la articulación temporo-mandibular (ATM) están muy cerca del canal auditivo y en parte debido a un dolor muscular referido, es decir, un dolor que se percibe en un lugar distinto al que se origina realmente. Fatiga o rigidez de músculos masticatorios, que se aprecia en las mañanas o la noche. Lesión de la ATM, con o sin ruidos articulares audibles. Dientes hipersensibles. Ansiedad, estrés y tensión. Insomnio, depresión, trastornos alimentarios. Desgaste dental, abfracción (es la pérdida de tejido dentario duro en la zona del cuello dental) y recesión gingival (retracción de la encía).

Hay ciertos factores de riesgo que aumentan el riesgo de desarrollar bruxismo: El estrés, la edad, el tipo de personalidad, medicamentos y otras sustancias, familiares con bruxismo y otros trastornos.

En la mayoría de los casos, el bruxismo no causa complicaciones graves. No obstante, el bruxismo intenso puede provocar: Daños a los dientes, las restauraciones, las coronas o la mandíbula. Dolores de cabeza relacionados con la tensión. Dolor de cuello o facial intenso. Trastornos que aparecen en las articulaciones temporomandibulares, que se encuentran justo delante de los oídos y que pueden sonar como un chasquido cuando se abre y se cierra la boca

Los objetivos del tratamiento son reducir el dolor, prevenir el daño dental permanente y disminuir el comportamiento de rechinar los dientes lo máximo posible, con las siguientes acciones: Relajar los músculos faciales y mandibulares. Masajear los músculos del cuello, de los hombros y de la cara, y buscar cuidadosamente nódulos pequeños y dolorosos. Aprender ejercicios de estiramiento de fisioterapia para ayudar a recuperar el equilibrio normal de la acción muscular y a mover la cabeza a ambos lados. Aplicar hielo o calor húmedo en los músculos de la mandíbula inflamados. Evitar comer alimentos duros como frutos secos o filetes. Es preferible el seguimiento de una dieta blanda. Intentar reducir el estrés diario y aprender técnicas de relajación (meditación, yoga…). Evitar alcohol, café o té, tres horas antes de dormir, así como comidas copiosas o abundantes. Establecer un ambiente de sueño favorable, agradable y tranquilo. En algunos casos es preciso el uso de relajantes musculares, pautados por el médico. Uso de la férula de descarga: Es una placa de plástico transparente, con un grosor aproximado de 2-3 milímetros, que permite que los músculos descansen y que los dientes no contacten. En la clínica deberemos tomar impresiones de alginato (superior e inferior) y hacer un registro de mordida con cera.